(La fotografía corresponde al rostro de 'La Piedad' de Miguel Ángel)
SALMO A LA MADRE.
'Bendita seas, , MADRE, porque tus ojos abiertos al infinito están siempre prontos a todas las maravillas.
Bendita seas, porque siempre estás inclinada sobre todos los dolores.
Bendita seas, MADRE, porque tu espíritu es una mezcla de música y poesía y tiene la armoniosa aspereza de los grandes espíritus.
Bendita seas, porque tus ojos dominadores con frecuencia se nublan de lágrimas y muchas veces la tristeza ha dormido bajo tus párpados.
Bendita seas, porque tienes la mirada clavada en Dios y los brazos tendidos al vacío.
Madre, ante mis ojos te presentas nimbada por el halo de lo extraordinario.
Y mi espíritu te da las gracias enternecido porque tú le diste todas las llaves imposibles y porque tú le enseñaste a amar la excelsa claridad de los horizontes.
Tú eres casi inmaterial y tu espíritu ondula y resplandece como el fuego, y yo siento en mi interior esta misma ondulación de luz como si se hubiera prolongado
hasta mi.
Tu alma está llena de Dios como un cántico sagrado, y tus ojos dulcificados ante él han dado a los míos la adoración de todas las bellezas.'
(Vicente Huidobro. Chile 1893-1948)