Amante de la naturaleza y fiel defensora del medio ambiente y de las especies en todas sus formas, incluido ese animal erguido, pensante, que es el hombre. Mi pasión, entre otras es la fotografía, en particular de naturaleza. Y las letras, la poesía, la novela, el teatro, la palabra escrita y oral, por eso he querido expresar aquí la unión de imagen y palabra. Mi sueño, poder plasmar con mi cámara esos lugares, momentos y especies únicas y valiosas, e inspirar en la gente el deseo de su preservación y cuidado. Ese es mi mensaje.
Autora: Ana María Merayo (Anamari)
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Las Cataratas de Iguazú se localizan en la provincia de Misiones, en el Parque Nacional Iguazú, Argentina, y en el Parque Nacional do Iguazú del estado de Paraná, Brasil. Cerca de ellas se encuentra la frontera entre Paraguay y Argentina. Fueron elegidas como una de las 'Siete Maravillas Naturales del Mundo.'
Estas cataratas están formadas por 275 saltos de hasta 80 metros de altura, de los cuales el 80 por ciento están del lado argentino, alimentados por el caudal del Río Iguazú.
Se pueden realizar paseos en lancha bajo los saltos y caminatas por senderos, apreciando algunos animales de la selva semitropical. Un espectáculo aparte es su salto de mayor caudal y con 80 metros es también el más alto: La Garganta del Diablo, el cuál se puede disfrutar en toda su majestuosidad desde sólo 50 metros, recorriendo pasarelas que parten de Puerto Canoas, al que se llega utilizando el servicio de trenes ecológicos. Por este salto pasa la frontera entre ambos países.
Fueron descubiertas en el año 1542, por Álvar Núñez Cabeza de Vaca, mientras realizaba una travesía desde el Océano Atlántico hasta Asunción del Paraguay y las bautizó como Saltos de Santa María, que con el tiempo fue reemplazado por la primitiva denominación guaraní, Iguazú o 'Agua Grande' (Fuente: Wikipedia)
Estos animalitos graciosos abundan en el Parque Nacional Iguazú. Se han adaptado muy bien a la presencia humana, tan bien, que hasta se alimentan de todo lo que los visitantes llevan o compran para comer. Andan en grupos, se puede apreciar sus pelajes, más o menos oscuros según su edad y sexo. Pero recuerda, no los alimentes, porque si lo comen les hace daño, y a pesar de la tentación que sientas, no los toques porque tienen dientes filosos y garras muy importantes, no son ofensivos pero si se ven amenazados podrías pasar un mal momento.