Nació en Toral de los Vados, León España en 1922. Emigró a Argentina siendo muy joven. En este país desarrolló su vida profesional en la navegación en líneas marítimas de carga, que llevaban granos y cereales, cuando Argentina era conocida como: 'El Granero del Mundo', de ese modo conoció muchos países y su gente. Se casó con Ana Zulma, tuvo dos hijos, Marcelo y Ana María. Al nacer su primera hija dejó la navegación para quedarse con su familia, ya que los viajes de altamar le demandaban muchos meses de ausencia y también eran peligrosos en aquella época, una vez estuvieron a punto de naufragar.
Luego estudió el oficio y se dedicó a la construcción y reforma de casas y departamentos, actividad que realizó toda su vida, hasta una semana antes de irse con Dios, el 19 septiembre de 2014.
Siempre le gustó el mar, pasaba casi todas sus vacaciones en la Ciudad de Mar del Plata. Le gustaba comer pescados, mariscos y buenos asados que preparaba su señora esposa, acompañados por buen vino. También compartir con amigos y familiares de su pueblo que vivieron en Argentina, con quienes se encontró al instante de haber llegado a este país y luego los veía con regularidad. Cantaba canciones de su tierra, en especial para las fiestas de fin de año y bailaba muy bien el pasodoble. Recordaba todas las fiestas de su tierra.Nunca regresó a su Patria pero la recordó siempre, al igual que a sus padres, hermanos y sobrinos.
Por esas cosas del destino su hijo emigró a España. Tuvo tres nietos, dos de ellos viven en Argentina: Mariano y Germán y Agustín, que vive en España con sus papás.
Su lema, que practicó cada día era: 'Haz el bien sin mirar a quién'. Se conmovía mucho ante la gente de menos recursos o que no tenían donde vivir y les llevaba ropa, comida y mantas para que no tuvieran frío durante la noche, hasta pensaba en traerlos a su casa para darse un baño, nunca lo concretó, tal vez porque le hubiera costado una reprimenda de Doña Anita. También los ayudaba con pequeños donativos de dinero o golosinas.
Tuvo una larga vida de trabajo duro, pero también disfrutó de la compañía de todos los que lo conocieron y apreciaron, en el barrio lo conocían como 'Don Agustín', todos lo querían y lamentaron hasta las lágrimas su desaparición física, muchos no se enteraron hasta meses después, cuando llamaban a su casa para encargarle algún trabajo.
Dejó este mundo a los 92 años de edad, una semana antes de su cumpleaños.
Vive en el corazón de su familia, hijos, nietos, sobrinos, primos, amigos.